domingo, 12 de enero de 2014

El universo de Béla Tarr

Los seguidores de nuestro blog seguro que ya conocen a un cineasta tan esencial como Béla Tarr, que con su última película, El caballo de Turín (2011) se despidió (por el momento) de la realización cinematográfica. Pero, para quienes no lo conozcan dejamos aquí un magnífico resumen analítico de su filmografía escrito por la fundación Dodecá:


Nacido en Hungría en 1955, Béla Tarr es considerado por buena parte de la crítica internacional como uno de los cinco mejores directores de cine del mundo aún en actividad. Extraña paradoja para un artista que no se considera un cineasta: no me llevo bien con los cineastas húngaros porque ellos son directores y yo no. Yo no sé lo que soy.
En sus comienzos, el cine de Béla Tarr, un especialista en construir atmósferas oníricas de extensa duración, se inscribía en el género conocido como ficción documental. Este género incluía el uso de actores no profesionales, diálogos improvisados y el uso de la cámara en mano para retratar una realidad descarnada, claustrofóbica, en un contexto sociohistórico caracterizado por el denominado socialismo real.
La preocupación inicial de Béla Tarr por los pro- blemas de las vinculaciones humanas en espacios reducidos, que ya aparecía en su primer largometraje de ficción documental Nido de familia, 1977, se ha ampliado, en la actualidad, hasta adquirir un carácter más general sobre la ontología del poder y la decadencia de las relaciones comunitarias a escala global, tal cuál se evidencia en su último largometraje conocido hasta la fecha, El hombre de Londres, 2007, pero que ya establecía sus pilares fundamentales en 1987 con La condena.
Sin abandonar esta temática que subyace a toda su filmografía, el estilo visual y sonoro de Béla Tarr va adquiriendo un refinamiento formal, tanto en los aspectos compositivos como en la puesta en escena, cuya culminación y reconocimiento internacional llegaría con Armonías de Werckmeister en el año 2000.
Dicho estilo –alejado de cualquier intención alegórica o simbólica: las películas son siempre algo concreto, sólo pueden registrar cosas reales, afirma Béla Tarr–, sin embargo, reconoce ciertas constantes que han ido consolidando su sistema formal, a saber:
- Planos secuencias muy extensos, dilatados en el tiempo, con movimientos coreografiados, tanto de cámara (con sus desplazamientos), como de personajes en el espacio.
- Uso del blanco y negro como opción estética. Es el blanco y negro, el uso contrastado de luces y sombras lo que le permite al director esa particular fusión entre naturalismo y artificio cinematográfico: con el color no puedo controlar la imagen, con el blanco y negro puedo establecer una distancia entre el mundo real y el mundo representado, la imagen de la película, sentencia Béla Tarr.
- Montaje en el cuadro a partir de un uso muy particular de los reencuadres continuos de personajes y objetos que le permite, entre otras cosas, evitar filmar los diálogos con el clásico planocontraplano.
- Una elaboración muy refinada de la imagen y el sonido. El uso del fuera de campo y una elaboración muy particular de la banda musical contribuyen esencialmente a darle ese carácter hipnótico y envolvente a sus movimientos coreografiados.
- Importancia fundamental del desplazamiento de los personajes en un espacio altamente estilizado donde predomina el agua, el lodo y la bruma. En dicho contexto, en sus películas, siempre hay uno o varios personajes en movimiento que deambulan sin destino por ese paisaje apocalíptico: son los famosos paseos de Béla Tarr.
- Supremacía de la forma sobre la narrativa convencional. En el cine de Béla Tarr los argumentos de las historias importan menos que la aproximación obsesiva a los personajes para entender la vida de todos los días… qué es lo que está sucediendo debajo de la superficie.
Heredero de los grandes maestros de la cinematografía mundial, con nombres que van desde Antonioni, Bresson, Mizoguchi y Ozu, hasta Angelopoulos pasando por Tarkovskii y Jancsó, Béla Tarr se erige en la actualidad, junto a unos pocos cineastas más, como un artista superlativo dentro de un panorama global donde prevalece la frivolidad y la pobreza creativa. Vale la pena entonces conocerlo y comenzar a analizar su obra como corresponde.

Una vez presentado el realizador, ya podéis profundizar en él con este interesante post en el que os ofrecemos tres de sus películas, tres textos analíticos que cubren diversos aspectos de su filmografía y un diálogo entre el cineasta y Howard Feinstein.

1. El caballo de Turín (A torinói ló, 2011)


2. Öszi Almanach (1983)


3. Armonías de Werckmeister (Werckmeister harmóniák,2000)
[Enlace clicando en la imagen]

4. Diálogo entre Béla Tarr y Howard Feinstein


5. Análisis y estudio crítica del largometraje Werckmeister harmóniák (Béla Tarr, 2000).
Un texto de Julia Matos Astorgano. Universidad Politécnica de Valencia


6. Macbeth catódico. Representaciones de la tragedia en televisión.
Un texto de Concepción Cascajosa Virino. Universidad Carlos III de Madrid

7. Béla Tarr, el cine de la resistencia ontológica.
Un texto de Alejandra Carmona Cannobbio. Universidad de Chile

domingo, 5 de enero de 2014

Holy Movies: collectif négatif

En pocas palabras, "Négatif es un colectivo de cine experimental crítico que vomita la suavidad artística para privilegiar un discurso áspero". Derek Woolfenden escribió en 2007 una completo texto de presentación de este colectivo que podéis leer en la web (en francés). Nuestro objetivo es acercar los trabajos de los miembros del Collectif Négatif mostrando algunas de sus obras y enlazando su páginas de Internet (enlazadas en los nombres de cada uno).
¡Que el negativo pase a ser el positivo!





























François Rabet



Julien Bibard




Année des treize lunes (l') - Lionel Soukaz et Tony Tonnerre from Eros Militant on Vimeo.