Los Goya 2015 están a la vuelta de la esquina. El año pasado La herida, de Fernando Franco fue la gran triunfadora. Recuperamos aquí la entrevista que en su día le hicimos al realizador para la web Nomepierdoniuna.net. Actualmente, el cineasta se encuentra preparando su próximo largometraje Morir, nuevamente con Marian Álvarez.
Fernando Franco, director de La herida, nos concede unos
minutos de su tiempo entre montajes, galas de premios y caóticas preparaciones
para los Goya,
a los que llega con 6 nominaciones: mejor película, mejor director
novel, mejor guión original, mejor interpretación femenina protagonista, mejor
montaje y mejor sonido. Nos habla de la Academia y de las nominaciones, de la
situación del cine español, de su filmografía entre la dirección y la edición.
Y, por supuesto, de La herida, de cómo surgió el proyecto, su
realización, el trabajo previo y su repercusión.
>La herida comenzó con fuerza ganando premios importantes en San
Sebastián (Concha de Oro a la mejor actriz para Marian Álvarez y premio
especial del jurado) y otros festivales. Por otra parte, el estreno en salas
fue más modesto. Esta situación afecta directamente a pequeñas ciudades como
Castellón, donde este tipo de películas más arriesgadas no llegan hasta que no
las “recupera” una sala alternativa como la del Paranimf de la UJI. ¿Crees que
la industria cinematográfica española necesita un cambio radical a la hora de
distribuir sus propias películas?
Creo que,
en cierto modo, esos cambios se están produciendo. Centros alternativos como el
que mencionas en Castellón u otros como Cineteca del Matadero en Madrid, Centro
Niemeyer en Avilés, etc. se convierten en refugio de este tipo de cine más
inaccesible. Por desgracia, no suele haber copias para nutrir simultáneamente a
todos esos espacios pero lo importante es que las películas acaben por llegar,
aunque sea un poco más tarde, como sucede en el caso de plataformas como
Filmin. En cierto modo es una vuelta al modelo de reestreno en provincias qués
y con la emulsión prácticamente desprendida de tanto trote. En cualquier caso,
bienvenidas sean todas las ayudas y opciones para dinamizar este modelo.
>Atendiendo a las nominaciones de los
Goya, previsibles cuando a lo largo del año se ha visto una clara diferencia,
tanto de calidad como de rentabilidad, entre las “grandes” películas y las
“pequeñas” películas. ¿Cómo ves esta situación?¿Piensas que la Academia, y el
Gobierno, deben aceptar la situación y trabajar para adaptar el cine español a
los tiempos que corren?
En realidad la Academia,
de la cual soy miembro, es un ente abstracto y las películas que aparecen
nominadas son fruto del recuento de los votos de los socios. Por los
resultados, parece que el modelo predominante tiende hacia películas más
consolidadas industrialmente. En este sentido, yo creo que el cine español debe
funcionar a base de un cierto equilibrio entre los dos modelos, el más
comercial y el más autoral. El primero genera riqueza y taquilla mientras que
el segundo genera prestigio, marca España en el extranjero gracias a los
festivales por los que viaja, etc. Creo que deben alimentarse mutuamente.
>En este panorama, La herida me
recuerda mucho a La soledad de Jaime Rosales, que dio la sorpresa en los
Goya de 2008 y parecía abrir un camino a la hora de hacer más visible este cine
más pequeño pero más interesante. ¿Sigue siendo tan complicado levantar un
proyecto cómo La herida?
Sí que es
complicado levantar un proyecto como éste. En nuestro caso hemos tardado
alrededor de cinco años. Se sumaban muchas trabas: primera película, tema
duro/complicado, casting sin estrellas, etc.
>Desde la crítica y el análisis tenemos razones para
definirla así, pero lo pregunto de forma personal, ¿en qué medida crees que La
herida es una película importante dentro del cine español contemporáneo?
Creo que una cinematografía está formada por una
constelación de películas muy diferentes y que todas son importantes a la hora
de constituirla ya que, de algún modo, son un reflejo de un momento, de un
contexto y una situación. Si, en este sentido, La herida es una película
de mayor o menor importancia, es algo que se me escapa. Me gustaría pensar que
si lo fuese es porque haya servido para abrir un poco más la veta de entrada a
un cierto tipo de cine personal y arriesgado y que, de algún modo, pueda servir
de estímulo a quienes quieren hacer este tipo de películas.
>Entrando de lleno en La herida,
que comenzó siendo un documental. ¿Qué te llevó a querer tratar un tema como la
conducta Borderline? ¿Y por qué ese cambio del documental a la ficción?
Me interesé por el tema al leer sobre él en un libro de
psicología. Siempre me ha interesado el retrato psicológico en cine y
literatura y me pareció un buen punto de partida para construir sobre algo que
tiene un cierto carácter subterráneo, que no mucha gente conoce. Lo abordé a
priori como un documental pero, poco a poco, me fui dando cuenta que la
intromisión que implicaba mi planteamiento en la intimidad de las personas que
colaboraban conmigo suponía transgredir una cierta barrera ética que no estaba
dispuesto a cruzar. Decidí, por tanto, trasplantar al terreno de la ficción
toda la investigación y documentación previa que había elaborado.
>Pese a ser una ficción, la apuesta
formal del filme está muy cercana a la experiencia del cine directo. Esto
implica un trabajo muy elaborado para lograr el realismo que tiene La herida.
¿Cuánto tiempo hubo de ensayos y trabajo previo a la filmación?
Muchísimo tiempo si partimos de que hemos tardado cinco
años en levantar la película y que, desde el principio, fue Marian Álvarez la
protagonista, haciéndola yo partícipe de las sucesivas versiones del guión que
iba escribiendo, compartiendo documentación, enlaces, etc. Los ensayos, por
otro lado, ya con todos los actores, duraron alrededor de seis semanas, lo que
es mucho en una película española. En ese tiempo nos dedicamos a poner en pie
todo el guión, secuencia a secuencia, volviendo sobre ellas, incorporando
cambios, etc. En paralelo, dedicamos mucho tiempo a las localizaciones e,
incluso, una vez decididas, íbamos a ensayar a los propios espacios en los que
luego rodaríamos.
>Todo este trabajo previo da su fruto en la magnífica
interpretación de Marian Álvarez. ¿Cuáles fueron los motivos que te llevaron a
pensar en ella para que interpretase a Ana?¿Cómo fue el rodaje con ella?
Había visto Lo mejor de mí, de Roser Aguilar, y
me parecía que su interpretación era excelente. Además, su aspecto frágil, con
esa belleza dulce y un tanto aniñada me parecían fundamentales para
contrarrestar lo que su personaje pudiese tener de incómodo. Una vez que
empezamos a hablar sobre el guión, me di cuenta que, aparte de todo, es una
persona extremadamente inteligente y sensible: entendía perfectamente al
personaje y la película que yo quería hacer, aportando cosas y detalles al
conjunto. El rodaje, en este sentido, fue genial. Realmente disfrutamos del
trabajo y Marian soportó de maravilla todo el peso que le había caído. Es una
profesional como la copa de un pino aparte de una persona excepcional.
Cualquier persona del equipo te dirá lo mismo.
>A mí, personalmente, la película me
ayudó mucho a comprenderme mejor a mí mismo y ser más consciente del entorno
que me rodea y cómo le afecta mi actitud. Podría decir que el filme, más que
una experiencia, ha sido un apoyo o una ayuda. ¿Éste era uno de los objetivos
de La herida? ¿Gente que padece de conducta Borderline, o que se
encuentra en una situación similar a la de Ana, te ha comentado al respecto
después de ver el film?
Yo nunca
pretendo transmitir un mensaje unívoco o adoctrinar ni nada parecido. Prefiero
que cada cual saque sus propias conclusiones. A veces, incluso a mí me es
complicado llegar a respuestas. Prefiero plantear preguntas. En este sentido,
hay gente que se ve reflejada y gente que no; gente a la que, como tú dices, la
película le ha funcionado a un cierto nivel terapéutico y otras que ni siquiera
piensan que la película articule un argumento. Por supuesto que me encanta que
se produzca lo que mencionas, ya que mi meta es conseguir un retrato riguroso y
honesto de un personaje de tal manera que, si se consigue, a través de él se
transmitirán elementos más universales que tienen que ver con el ser humano y
que, de algún modo, afectarán a unas ciertas sensibilidades. Y sí que se ha
acercado gente que padece la misma problemática que Ana. En general han sido
momentos muy satisfactorios ya que, en su mayoría, se mostraban muy agradecidos
por el hecho de que nos hubiésemos aproximado con respeto al tema.
>Dentro de los muchos temas que podemos
encontrar en tu obra, ¿podrías hablarnos de aquellos que más te interesan?
A grandes rasgos: la incomunicación, las relaciones
afectivas y de pareja, la enfermedad física y mental, la muerte, la tecnología,
etc. Diría que, en general, el ser humano y sus problemas.
>Para ir terminando, y cerrando el
círculo, has trabajado con directores muy diferentes. Y tus trabajos como
realizador te han permitido conocer los diferentes campos que forman el
panorama audiovisual contemporáneo. ¿Podrías decirnos cuáles son los/as
realizadores/as españoles/as que más te llaman la atención en la actualidad?
Prefiero no hacerlo porque seguro que se me iban a
olvidar nombres.
¿Notas algunas ausencias en los Goya de
este año?
Dos películas que no se podían
siquiera votar: La casa de Emak Bakia e Història de la meva mort.
Por otro lado, Los ilusos o Gente en sitios, que no han tenido
ninguna nominación. Otras, como la de Mar Coll creo que deberían haber tenido
una mayor presencia. Documentales como el de Jorge Tur o el de Eloy Enciso.
>Después de un film como La herida un nuevo
proyecto necesitará su tiempo y meditación. ¿Estás preparando algo nuevo?
Estoy trabajando en la escritura de un guión de
largometraje.