¿Un futuro para el cine español?
Con este título se celebró hará una semana un curso de verano en la
Universitat Jaume I. Dirigido por Vicente J. Benet y Barry Jordan, a lo largo
de tres días se debatió está cuestión. Una de las ponencias más importantes fue
a cargo del mismo profesor Jordan, con el título de "Cine español: en
búsqueda del espectador perdido".
Jordan ha realizado un repaso a los datos del cine español desde 2001 hasta
2010/11, análisis que ha arrojado datos “muy preocupantes” como el desplome del
número de espectadores desde 2005, cuando el público que fue a ver películas
españolas alcanzó los 26,2 millones, hasta 2010, cuando fueron 21,5 millones de
espectadores. “En cinco años se han perdido 7 millones de espectadores y 38
millones de euros en la taquilla” ha explicado el profesor de Montfort, quien
ha enumerado algunas de las causas que han llevado a esta situación: unos
niveles astronómicos de producción que no se justifican en un mercado tan
pequeño (en el año 2010 se hicieron 200 películas, casi el doble que en 2001),
un exceso de subvenciones y ayudas públicas que provocan que se produzcan
muchas películas que no son rentables (en 2001 el cine español recibió 31
millones de euros en subvenciones públicas y en 2008 ya se habían duplicado
hasta los 67 millones), la desconexión con los gustos del público (el cine
español no resulta atractivo al espectador que cuando va al cine busca una
experiencia cinematográfica que no pueda ver en casa), la falta de guiones de
calidad, y la escasa inversión que se hace a la hora de promocionar y vender
las películas, tanto fuera como dentro de España.
Por todo ello, Barry Jordan ha asegurado que “el cine español está en una
situación muy difícil a corto plazo, los números no cuadran, las películas no
se ven y el espectador no siente interés por las producciones españolas. Ha
llegado el momento de replantearse el sector, eliminar lo que no funciona y
hacer mejor y de forma más económica lo que sí funciona”. En este sentido ha
añadido que “ya se ha anunciado que las ayudas públicas al cine van a sufrir un
recorte de cerca del 40% y ante esta situación sólo hay dos opciones:
replantear el modelo de negocio o contemplar el hundimiento total de la
industria cinematográfica española”. En su opinión, si el cine español quiere
tener futuro debe replantearse qué tipo de producto tiene que hacer para atraer
al público, tanto español como de fuera; debe implantar otros modelos de
negocio basados en el capital privado y no en las subvenciones; debe comenzar a
funcionar como una industria de verdad, con menos atomización del sector en
pequeñas productoras, y, sobre todo debe apostar por las coproducciones y la
promoción de las películas en Europa, “porque el cine español no podrá
sobrevivir sólo con lo que vende en el país”.
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